Los platos de ducha le han ido ganando terreno a la clásica bañera y hoy en día es común encontrarlos en los baños de cualquier hogar. En el mercado existen diversos materiales con los que se fabrican y por ello numerosas opciones para elegir: porcelana, resina, piedra… Eso sí, cada tipo de plato de ducha tiene sus pros y sus contras, unas características y una forma de limpiarlos para que sigan como el primer día. En el siguiente artículo queremos contarte cómo limpiar adecuadamente cada uno de ellos y evitar que utilices productos de limpieza inadecuados o muy abrasivos. Y es que la lejía o el amoniaco generalmente acaban dañando las superficies. ¿Te quedas?
Platos de ducha de porcelana
Los más clásicos y utilizados desde siempre. Son muy resistentes a todo tipo de productos de limpieza y previenen la proliferación de hongos y bacterias. Para mantenerlos perfectos cada día lo más conveniente es lavarlos con una esponja, agua y un jabón suave. Los productos abrasivos podrían dañar el esmalte de forma irreversible así que olvídalos en el armario. A veces pueden aparecer manchas oscuras en los platos de ducha que son blancos o de colores muy claros, utiliza la parte verde de un estropajo para frotar sobre la suciedad.
Platos de ducha de resina mineral
Los platos de ducha de resina son muy populares y se pueden encontrar en modernos y distintos colores (negro, gris, crema…). Están recubiertos por una capa denominada gel coat sanitario que suele tener un tratamiento antibacteriano y antideslizante, ¡a prueba de resbalones! La forma más adecuada de limpiarlos es utilizar una bayeta y un poco de jabón, o productos naturales como el vinagre, que es capaz de eliminar la cal. Si las manchas son rebeldes es importante no usar amoniaco o lejía, ya que estos productos son muy abrasivos y pueden dañar la capa superficial de gel coat, ¡no los utilices para esta tarea! Tampoco uses estropajos duros.
Platos de ducha de piedra natural
Dan un aspecto rústico y muy original al baño de cualquier casa, pero la piedra tiene tendencia a acumular mucha humedad y hongos. Hay que tratarlos con productos especiales y fungicidas para evitar este problema. Además al ser un material muy poroso acumula fácilmente suciedad, jabón o cualquier producto, por lo que será necesario limpiarlos regularmente con un cepillo duro y cada cierto tiempo hacer un pulido para que siga estando perfecto. Podría decirse que son los que más trabajo dan a la hora de realizar su limpieza.
Platos de ducha de solid surface
A diferencia de los platos de ducha de piedra estos platos están fabricados con un material liso y sin porosidad, así que su limpieza es muy sencilla y rápida. El solid surface es un material de alta gama, formado por una mezcla de materiales minerales naturales, resina acrílica y pigmentos. Es muy resistente y a prueba de humedad. Para conservarlo en buenas condiciones basta con utilizar un limpiador específico y un trapo húmedo. ¡Listo!
Platos de ducha de solicast
El solicast es una resina de fibra moldeada por compresión, compuesta por más de un 60% de cargas minerales, muy resistente y muy duradera. También está disponible en distintos colores, por lo que al igual que la resina natural es muy popular. El plato de ducha puede ser con acabado liso, no poroso o pizarra. En el caso de la pizarra solo es necesario hacer una limpieza regular con un producto detergente de pH neutro, aclarar con agua y secar con un trapo limpio. Además si es de color negro evita cualquier tipo de producto fuerte, ya que es posible que lo aclare.
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